Éste es Coco.
Es un macho de ninfa papillera que nos regalaron. Muy bueno y cariñoso, pero tras una mudanza no podíamos sacarlo mucho de la jaula y comenzó a volverse más arisco
Así que conseguimos una pareja para él...
Machete (o General Machete) y Dawn. Ella es la moteada, papillera, y él el gris, que aunque era más salvaje se acostumbró muy pronto a jugar con nosotros
¡Y en poco tiempo tuvimos cuatro huevos!
Los peques a los dos días de nacer apenas eran bolitas amarillas
¡Al fin nació el más peque!
Pese a ser padres primerizos, Dawn y Machete consiguieron que sobrevivieran los cuatro pequeños
Mirad cómo crecen
Poco a poco les fueron creciendo las plumas...
Hasta que llegó la hora de independizarse
Hay que separarlos de los padres y alimentarlos a mano, con papilla, para que crezcan acostumbrados del todo a los humanos. Hay que tener mucho cuidado e informarse bien para evitar desgracias
¿Veis cuánto han crecido?
Cuando crecieron más los sexamos (¡eran cuatro hembras!) y pudimos juntarlos con sus padres y Coco. Abajo están los cuatro pequeños, en un parquecillo de juegos. Encima de la jaula, los mayores.
Aunque tenían una relación un poco de amor-odio
La más peque, Reina, al principio no se llevaba muy bien con Coco. Ahí podéis ver cómo se pían, enfadados. Sin embargo, acabaron de pareja, y Coco perdió el mal genio. Las otras tres se las devolvimos al amigo que nos regaló a Coco, Machete y Dawn.
¡Coco y Reina se despiden, chicos!
Espero que os haya gustado y que, si podéis mantenerlos y os gustan, os animéis a adquirir más aves papilleras, que son muy cariñosas y puedes jugar con ellas fuera de la jaula (¡sin olvidar cerrar las ventanas!).